Los materiales que forman parte de las construcciones que vemos cada día tienen un origen natural, y su obtención implica un proceso técnico y riguroso.
Uno de los recursos más fundamentales en el mundo de la construcción son los áridos, componentes esenciales presentes en hormigones, asfaltos, morteros y más.
Pero ¿cómo llegan estos materiales desde el entorno natural hasta nuestras obras?
El proceso de extracción de áridos es complejo, pero fascinante, y garantiza la calidad y cantidad necesarias para que nuestras infraestructuras sean seguras y duraderas.
Los áridos son materiales granulares que se extraen directamente de la naturaleza y se utilizan principalmente en la fabricación de productos para la construcción.
Se dividen en áridos naturales, áridos reciclados y áridos artificiales, dependiendo de su origen.
Los más comunes provienen de yacimientos de ríos, canteras y graveras.
Sus aplicaciones son innumerables: desde la elaboración de hormigón estructural hasta capas de firme para carreteras.
Sin ellos, básicamente no habría edificios, carreteras ni infraestructuras funcionales.
La extracción de áridos se lleva a cabo en varias etapas bien definidas, cada una con procedimientos específicos y supervisión técnica.
Todo comienza con la identificación de una zona geológica con potencial para albergar materiales aprovechables.
Este proceso incluye análisis geotécnicos, estudios topográficos y evaluaciones de impacto ambiental.
Las empresas deben asegurarse de que el sitio elegida cumpla las condiciones legales y técnicas para su explotación.
Una vez identificado el sitio, es necesario contar con una concesión minera o permiso de extracción.
Este proceso puede variar en cada país, pero por lo general implica la aprobación por parte de organismos ambientales y de obras públicas.
Además, es obligatorio presentar un plan de restauración para rehabilitar el entorno una vez culminada la extracción.
Antes de excavar, se realiza un trabajo previo de limpieza y nivelación de la superficie.
Esto implica eliminar vegetación, retirar capas superficiales no aprovechables y habilitar los accesos para maquinaria pesada.
Es la base para un proceso de extracción seguro y eficiente.
La extracción en sí depende del tipo de yacimiento.
Una vez obtenido el material bruto, éste se transporta a la planta de tratamiento para su clasificación.
El árido extraído rara vez se utiliza directamente.
Generalmente pasa por un proceso de trituración, cribado y lavado en plantas especializadas.
El objetivo es clasificar los áridos por tamaño, forma y composición para garantizar su idoneidad técnica.
El producto final debe responder a normas técnicas vigentes para su uso en obra civil o edificación.
Una vez clasificados, los áridos se almacenan en silos o montones al aire libre.
Desde allí son distribuidos hacia las obras o centros de producción de hormigón mediante camiones, cintas transportadoras o tolvas.
El origen de un árido determina su calidad, coste y las técnicas necesarias para su aprovechamiento.
Los tres tipos principales de yacimientos son:
Algunos factores clave que afectan al proceso son:
La industria de los áridos está muy regulada debido a su interacción directa con el medioambiente.
Durante la extracción pueden generarse alteraciones temporales en el paisaje, ruido y emisiones de polvo.
Por ello, se aplican medidas como:
La normativa exige que, tras finalizar la extracción, se implemente un plan de restauración paisajística.
En muchas zonas se han convertido antiguas canteras en parques naturales, lagos artificiales o áreas recreativas.
En la Región de Murcia, una antigua cantera de áridos fue cerrada por agotamiento y posteriormente rehabilitada para uso público.
Hoy, ese espacio es un centro de interpretación ambiental con jardines autóctonos y rutas educativas.
Los mismos caminos por donde pasaban camiones de áridos, hoy son recorridos por escolares y visitantes curiosos por aprender sobre geología y medioambiente.
Este ejemplo muestra que una gestión responsable en la extracción de áridos puede dar lugar a beneficios sociales duraderos cuando se combina conocimiento técnico con sensibilidad ambiental.
Además, gracias al uso de tecnologías modernas, ya es posible reducir notablemente el impacto de las operaciones mineras desde el primer día.
Con maquinaria más eficiente, sistemas de riego automáticos y controles de emisiones en planta, la industria ha dado pasos gigantes en sostenibilidad.
Según datos recientes del Ministerio para la Transición Ecológica en España, más del 65 % de las canteras activas cuentan con planes de restauración en marcha.
Este compromiso es clave para garantizar una producción sostenible de materiales imprescindibles para nuestras ciudades.
Depende del tamaño del yacimiento y del ritmo de explotación, pero puede variar desde 10 hasta 40 años.
Algunas grandes explotaciones han estado operativas durante más de medio siglo.
Varía por región, pero en general se exige una concesión minera y una autorización ambiental.
También es obligatorio presentar un estudio de impacto ambiental y un plan de cierre con medidas de restauración.
Depende del entorno, pero las más comunes son:
Sí, los áridos deben cumplir normas UNE y normas comunitarias europeas para asegurar su comportamiento en obra.
Se analiza su granulometría, resistencia, durabilidad y contenido en impurezas antes de ser comercializados.
Sí, existe el proceso de reciclaje de áridos proveniente de escombros de demolición.
Estos áridos reciclados se someten a trituración y cribado para volver a ser utilizados, especialmente en obras de urbanización y rellenos.
Con avances en maquinaria, sensores y automatización, el proceso se vuelve cada vez más seguro, eficiente y respetuoso con el medioambiente.
La tendencia apunta a canteras inteligentes, donde todos los procesos están monitorizados en tiempo real.
Esto reduce el consumo energético, controla emisiones y mejora la trazabilidad del producto.
A su vez, la recuperación de espacios naturales tras la explotación es hoy una prioridad innegociable del sector.
También se está potenciando el uso de áridos reciclados, contribuyendo a una economía más circular en el sector de la obra pública y la edificación.
En resumen, conocer cómo se realiza el proceso de extracción de áridos es esencial para entender el impacto y relevancia de estos materiales en todo tipo de construcciones.
Desde el origen en la naturaleza hasta su presencia en una obra, los áridos pasan por un camino técnico lleno de precisión, sostenibilidad y compromiso ambiental.
Y detrás de cada piedra o grano que forma una estructura, hay profesionales que aseguran su origen legal, segura extracción y reutilización futura.
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