La durabilidad de un pavimento no depende únicamente de su apariencia, sino también de los áridos que lo componen.
En zonas de alto tránsito, elegir áridos resistentes a la abrasión es clave para asegurar un rendimiento óptimo y prolongado.
Cuando hablamos de pavimentos para zonas concurridas, como calles, centros logísticos o aparcamientos, el desgaste es constante.
Cada vehículo, cada peatón, cada impacto reduce la vida útil del firme.
Estos factores se multiplican en espacios públicos, industrias o carreteras principales.
Por eso, contar con materiales de alta resistencia al desgaste mecánico no es solo recomendable: es esencial.
Los áridos cumplen un papel estructural fundamental en el concreto y las mezclas asfálticas.
Su calidad determina la vida útil, seguridad y estabilidad del pavimento.
No todos los áridos son iguales ni responden igual ante el esfuerzo continuo.
Un árido resistente a la abrasión presenta varias propiedades físicas específicas.
Estas propiedades son resultado de procesos de selección, trituración y clasificación muy controlados.
Además, se realizan ensayos específicos para garantizar estos niveles de calidad.
Una de las pruebas más utilizadas para medir la resistencia a la abrasión es el ensayo Los Ángeles.
Este método somete una muestra de árido a impactos y fricción en un tambor giratorio con bolas metálicas.
El resultado se expresa como porcentaje de desgaste: cuanto más bajo, mayor es la calidad del árido.
Áridos con una pérdida inferior al 25% en este ensayo se consideran altamente resistentes y adecuados para usos intensivos.
El tipo de roca de origen y su proceso de fabricación influyen directamente en su resistencia a la abrasión.
Veamos los más recomendados en la industria de la construcción.
El granito es una roca ígnea muy dura y duradera.
Sus propiedades mecánicas lo convierten en una opción ideal para pavimentos sometidos a cargas constantes.
Además, presenta una excelente adherencia con los aglomerantes, lo que lo hace ideal para mezclas bituminosas.
Otra roca ígnea que ofrece una altísima resistencia.
Su textura compacta y baja porosidad hacen que sea difícilmente degradable por esfuerzo mecánico o condiciones climáticas.
Es perfecto para vías urbanas y carreteras de tráfico pesado.
Este tipo de áridos proviene de arenas y gravas naturales con alto contenido de sílice.
Aunque ofrece buena resistencia, depende mucho de su forma y proceso de trituración.
Si se usa correctamente calibrada, puede ser una alternativa eficiente en zonas menos severas.
Producto reciclado del proceso del acero, que cada vez gana más relevancia como material sostenible.
Estas escorias ofrecen un alto nivel de dureza y resistencia al desgaste, con buen comportamiento estructural.
Además, favorecen la economía circular en la construcción.
Los pavimentos que más se benefician del uso de áridos resistentes a la abrasión son aquellos que viven bajo un estrés constante.
En cada uno de estos casos, una mala elección de árido puede significar reparaciones constantes, costes elevados y riesgos de seguridad.
En el año 2018, se ejecutó un proyecto de repavimentación en un parque logístico de más de 30.000 m2 en una ciudad del norte de España.
En el diseño original, se propuso una mezcla bituminosa con áridos calizos de dureza intermedia.
Tras solamente ocho meses de uso, comenzaron a visualizarse desgastes irregulares, fisuras y pérdida de adherencia.
El tránsito de camiones de gran tonelaje y los constantes giros en puntos de carga aceleraron el desgaste.
Los responsables técnicos hicieron ensayos y confirmaron un alto nivel de descomposición del árido, con partículas claramente erosionadas.
Para la rehabilitación, se optó por una mezcla con basalto triturado con pérdida de solo 12% en el ensayo Los Ángeles.
El resultado fue una mejora drástica en la respuesta del pavimento.
A día de hoy, más de cinco años después, ese suelo sigue intacto, con mínimos requerimientos de mantenimiento.
Este caso evidencia la importancia de elegir el árido adecuado desde el principio y no solo en función del precio.
Una inversión inicial mayor puede significar enormes ahorros a futuro.
Aunque los áridos son clave, no actúan solos en el firme.
Otros elementos también influyen en la resistencia del pavimento teniendo en cuenta el conjunto del diseño.
Considerar todos estos aspectos es vital en el diseño integral de pavimentos durables.
Sí, pero solo si cumple con las normativas técnicas y presenta adecuadas características mecánicas.
El árido reciclado debe mantener buena forma, dureza y granulometría adecuada.
La abrasión es el desgaste por fricción o roce constante.
El impacto implica fuerzas puntuales repentinas como caídas o golpes.
Ambas propiedades deben ser tenidas en cuenta, aunque la abrasión es más importante en tráfico continuo.
Depende del tipo de mezcla y uso previsto.
En general, áridos con tamaño entre 8 y 25 mm funcionarán bien en pavimentos de cargas variables.
No siempre, aunque suele haber cierta relación entre precio y calidad.
Es fundamental exigir ensayos de calidad e informes técnicos para tomar una decisión informada.
El coste inicial puede verse compensado si se reduce el mantenimiento futuro.
Trabajar con profesionales en áridos industriales asegura una buena elección de materiales.
No basta con que un árido tenga buena apariencia o provenga de una cantera conocida.
Es clave asegurarse de que el proveedor cuenta con los certificados de calidad y ensayos actualizados.
También debe ofrecer trazabilidad del material, asesoramiento técnico y continuidad en el suministro.
Un proveedor de confianza es tan importante como el material mismo.
Además, conviene verificar que tenga experiencia en proyectos similares y disponibilidad de producto adaptado a cada necesidad.
Un buen árido es el cimiento de un proyecto exitoso.
Y el éxito constructivo siempre comienza con una buena materia prima.
En resumen, invertir en áridos resistentes a la abrasión para zonas de alto tránsito es una decisión técnica que aporta valor a largo plazo.
No solo mejora el rendimiento del pavimento, sino que minimiza los problemas de mantenimiento, prolonga la vida útil y ofrece un mejor retorno sobre la inversión.
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