Hablar de los áridos en construcción es hablar de uno de los recursos más utilizados y controlados en el mundo de las obras y reformas.
Gravas, arenas y materiales granulares están presentes en morteros, hormigones o asfaltos, lo que los convierte en elementos fundamentales.
Pero, ¿cómo asegurar que cumplen con los estándares de calidad exigidos?
La normativa vigente establece controles rigurosos que toda empresa debe respetar si quiere garantizar la durabilidad y seguridad de sus construcciones.
Los áridos de construcción son materiales inorgánicos que, tras ser procesados, se utilizan como componentes en morteros, hormigón y otros elementos estructurales.
Se obtienen por trituración o cribado de rocas o materiales naturales, y también pueden ser reciclados.
Su papel es indispensable en la resistencia mecánica, durabilidad y absorción de agua de las estructuras.
Por eso, un control deficiente puede poner en riesgo toda una obra.
Además, la normativa actual busca también proteger el medio ambiente y fomentar el uso sostenible de los recursos naturales.
En Europa, los áridos se regulan bajo el Reglamento de Productos de Construcción (RPC), del Parlamento Europeo.
Este establece requisitos esenciales para la comercialización y uso de productos de construcción en la Unión Europea.
España, como estado miembro, aplica estas directrices a través del marcado CE.
Además, la normativa española incluye las Especificaciones recogidas en el Código Técnico de la Edificación (CTE) y las relacionadas con carreteras, como el PG-3 del Ministerio de Transportes.
Las normas UNE son claves para definir los mecanismos de control.
Algunas de las más utilizadas en el control de los áridos son:
Cada una de estas normas define propiedades, ensayos, calidades y métodos de muestreo de los áridos según su uso final.
El control de los áridos no se limita a una sola prueba o inspección.
La legislación establece un conjunto de análisis técnicos para distintas fases de producción y uso.
Este control verifica la capacidad técnica del yacimiento o origen de los áridos.
Se analizan aspectos como la dureza de la roca, su composición química y compatibilidad con ligantes.
Además, se considera la aptitud ambiental del lugar para evitar impactos negativos en el entorno.
Una vez extraído el árido, se aplican controles internos en la planta de producción.
Estos verifican que el proceso de trituración, cribado y almacenamiento se realiza conforme a los estándares.
Entre los aspectos evaluados destacan:
Estos parámetros se miden sobre muestras representativas de la producción semanal o mensual, según el volumen.
El control de conformidad garantizan que el árido cumple con los requisitos de la aplicación final.
Se basa en ensayos de laboratorio que evalúan las propiedades físicas, químicas y mecánicas.
Los datos obtenidos se comparan con valores definidos en las normas UNE mencionadas anteriormente.
También se efectúan muestreos aleatorios en obra y durante el transporte.
Los áridos deben llevar el marcado CE como manifestación de que cumplen con todas las exigencias técnicas y legales.
Este marcado deriva de un control de producción certificado por el fabricante o un organismo notificante.
Incluye una declaración de prestaciones donde se detallan las propiedades del árido.
Este documento es esencial para que el cliente conozca la calidad del producto.
Todo árido debe ser completamente trazable desde su origen hasta su uso en obra.
Esto implica registrar sus puntos de control y análisis en cada fase del proceso.
Así se garantiza que cualquier problema puede investigarse y resolverse rápidamente.
No todos los usos de los áridos son iguales ni requieren los mismos controles.
Existen exigencias particulares según si el árido se destina a hormigón, firmes de carreteras o rellenos.
Requieren un control exhaustivo de durabilidad, reacción álcali-sílice y contenido de sulfuros.
También se exige baja absorción de agua y buena resistencia al desgaste.
Deben cumplir con requisitos de rugosidad, adherencia con bitumen y resistencia a la fragmentación.
El desgaste Polished Stone Value (PSV) es un ensayo crucial en este caso.
Cada vez más presentes, los áridos reciclados deben pasar controles específicos de contaminantes y lixiviados.
La normativa también contempla límites de contenido de materia orgánica o yesos, que pueden debilitar el material.
En 2021, una gran obra de urbanización en la zona sur de Madrid fue paralizada por las autoridades regionales.
Un muestreo rutinario en la obra detectó que los áridos utilizados presentaban un elevado contenido de finos arcillosos.
Esto generó una señal de alarma, ya que la resistencia mecánica del firme se encontraba por debajo de lo exigido por la norma PG-3.
Tras las investigaciones, se descubrió que el proveedor había cambiado de cantera sin realizar un nuevo control de aptitud.
Este pequeño descuido provocó el levantamiento de varias aceras y tramos de calle que ya habían sido pavimentados.
La empresa contratista tuvo que asumir los costes de retirada, suministro nuevo y reparación estructural.
Todo por no seguir los protocolos de control de calidad establecidos por la normativa nacional y europea.
Este caso ilustra la importancia de verificar siempre que los áridos cumplan con los requisitos técnicos antes de su aplicación en obra.
Se trata no solo de seguir la ley, sino de proteger la seguridad, el dinero invertido y la reputación de los profesionales involucrados.
Además de cumplir la normativa, los profesionales del sector pueden mejorar la gestión del control con buenas prácticas.
Estas medidas fortalecen la seguridad técnica intentando evitar futuros defectos costosos.
Debe entregar la declaración de prestaciones, el marcado CE y el informe de controles de producción.
Depende del volumen, pero suelen ser semanales o quincenales en producciones industriales.
Sí, si se va a utilizar dentro del ámbito de aplicación de las normas armonizadas.
Sí, los áridos reciclados están permitidos y regulados por normativa siempre que cumplan los requisitos.
Debe ser rechazado y retirado de inmediato, independientemente de si ya se ha aplicado o no.
Además pueden conllevar sanciones económicas y responsabilidades legales.
En definitiva, el control de los áridos en construcción no es una formalidad burocrática, sino una garantía real de seguridad, durabilidad y respeto a la inversión.
Aplicar los controles exigidos por la normativa es clave para evitar errores técnicos, sanciones o incluso accidentes.
Para quienes están inmersos en proyectos de construcción y reformas, conocer y aplicar estas directrices se ha convertido en un verdadero signo de profesionalidad.
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