Áridos que ofrecen mejor comportamiento en ambientes marinos

En la construcción de infraestructuras costeras, los materiales enfrentan un desafío constante: el entorno marino.

La combinación de alta salinidad, humedad constante y exposición al viento, genera condiciones extremas que pueden deteriorar prematuramente muchas estructuras.

Por eso, elegir los áridos adecuados para obras en zonas cercanas al mar no es solo una recomendación, sino una necesidad técnica.

En este artículo, exploraremos cuáles son los áridos que ofrecen mejor comportamiento en ambientes marinos, y por qué su selección influye directamente en la durabilidad y seguridad de cualquier obra.

El entorno marino: un reto para los materiales de construcción

Construir cerca del mar implica lidiar con condiciones que aceleran el deterioro de las estructuras si no se seleccionan los materiales adecuados.

El principal enemigo es la salinidad, que favorece la corrosión, especialmente del acero en el hormigón armado.

También hay que considerar la acción de las olas, que ejerce presión física constante sobre los elementos constructivos expuestos.

La humedad permanente y las diferencias térmicas por la evaporación y condensación del agua potencian el deterioro químico.

Todo esto impone una exigencia muy estricta sobre la calidad del hormigón, y por tanto, sobre los áridos que lo componen.

Importancia de elegir áridos resistentes en zonas marinas

En obras marítimas, los áridos no solo cumplen una función estructural.

También actúan como barrera química y física frente a las agresiones del entorno.

Si los áridos contienen sales solubles o minerales inestables, pueden acelerar la destrucción del hormigón.

Por eso es esencial que los materiales cumplan una serie de características específicas para asegurar su rendimiento en ambientes salinos.

Características como resistencia a la fragmentación, poca porosidad y estabilidad química son fundamentales.

Propiedades clave de los áridos para ambientes marinos

Existen ciertos indicadores técnicos que determinan la idoneidad de un árido para obras en zonas marítimas.

1. Baja absorción de agua

Los áridos deben absorber la menor cantidad de agua posible, para evitar la acumulación de sales y la expansión por congelación y deshielo.

2. Ausencia de sales solubles

Los áridos deben estar libres de cloruros y sulfatos, pues estos pueden corroer el acero de refuerzo o generar expansiones en el hormigón.

3. Alta dureza

La resistencia al desgaste es fundamental en obras sometidas a impacto de olas o tráfico pesado en zonas portuarias.

4. Estabilidad química

Es vital que no se produzcan reacciones químicas entre los componentes del árido y del aglomerante o el entorno.

5. Forma cúbica o subangular

Una forma estable mejora la trabajabilidad durante el amasado y reduce la necesidad de cemento en el hormigón.

Tipos de áridos recomendados para ambientes marinos

No todos los áridos son iguales ni rinden de la misma manera frente a la salinidad y la humedad costera.

Algunos materiales han demostrado un rendimiento sobresaliente en aplicaciones cercanas al mar.

  • Granito: Muy resistente, con baja absorción y gran estabilidad química.
  • Basalto: Excelente comportamiento frente a la abrasión y los agentes químicos marinos.
  • Gneis: Similar al granito, pero con estructuras más complejas que pueden aportar cualidades únicas.
  • Areniscas silíceas compactas: Solo si tienen muy baja porosidad y han sido testadas previamente.
  • Árido reciclado tratado: Si se someten a tratamientos específicos para eliminar sales y partículas inestables.

Hay que evitar, por ejemplo, los áridos procedentes de dolomías, margas o arcillas, por ser altamente reactivos y frágiles en medios húmedos.

Áridos marinos: ¿una opción viable?

En muchas zonas costeras, se plantea la duda de si se pueden usar directamente áridos recogidos del fondo marino.

La respuesta técnica es sí, pero con fuertes condiciones.

Primero deben pasar por procesos exhaustivos de lavado y desalado, para eliminar los cloruros y sulfatos.

Después, los ensayos deben verificar la resistencia, porosidad y pureza antes de su integración en mezclas estructurales.

Solo así se garantiza que el material no actúe como un acelerador de corrosión dentro del hormigón armado.

Un ejemplo real: el puerto que fracasó por usar malos áridos

Un caso muy conocido en la comunidad técnica fue la construcción del muelle de una pequeña localidad pesquera del norte de España en los años 90.

La obra, con una inversión millonaria, utilizó áridos procedentes de una cantera costera cercana, sin realizar ensayos previos profundos.

Estos áridos incluían fragmentos de margas y materiales arcillosos, aparentemente sólidos y económicos.

A los cinco años de terminada la obra, comenzaron a aparecer fisuras visibles en varias losas.

Poco después, los análisis revelaron un alto contenido en sulfatos y una porosidad irregular en los áridos utilizados.

Esto había producido reacciones con los aluminatos del cemento y generado expansiones internas conocidas como reacción sulfato-aluminato cálcico.

La solución fue compleja y costosa: se tuvo que demoler una parte del muelle y reconstruirla, esta vez con áridos de granito importados de otra región.

Este ejemplo demuestra que la elección de áridos no es solamente una cuestión económica.

Pensar en el ahorro inmediato puede derivar en perjuicios estructurales y financieros a largo plazo.

Ensayos que deben realizarse para validar áridos en zonas marinas

Antes de utilizar un árido en zonas costeras, es imprescindible llevar a cabo una serie de pruebas de laboratorio estandarizadas.

  1. Ensayo de contenido en cloruros: Para verificar que las sales no superen los límites establecidos por la normativa.
  2. Ensayo de absorción de agua: Mide la porosidad y la capacidad de retención del árido.
  3. Análisis petrográfico: Identifica mineralógicamente los componentes que puedan reaccionar con el ambiente marino.
  4. Ensayo de durabilidad: Somete los áridos a ciclos acelerados de congelación, abrasión y ataque químico.
  5. Granulometría: Para asegurar la distribución adecuada de tamaños según el uso previsto.

Estos ensayos no solo validan la resistencia del material, sino que también contribuyen a garantizar la integridad estructural de todo el sistema constructivo.

Preguntas frecuentes sobre áridos en zonas marinas

¿Puedo usar cualquier grava o arena en ambientes marinos?

No. Solo pueden utilizarse los que estén libres de contaminantes y cuenten con ensayos verificados. Elegir mal puede acelerar la corrosión del hormigón armado.

¿Y si los áridos se lavan bien, se pueden usar?

El lavado ayuda, pero no es suficiente. Es necesario realizar ensayos específicos que garanticen la baja absorción, resistencia mecánica y ausencia de sales solubles.

¿Importa la forma del árido en ambientes marinos?

Sí. Las partículas angulares retienen más agua y facilitan la penetración de sales. Por eso se prefieren formas cúbicas o subangulares.

¿Los áridos reciclados son válidos para aplicaciones en zonas húmedas?

Solo si se someten a tratamientos adecuados de limpieza, clasificación y estabilización. Deben cumplir los mismos estándares técnicos que los naturales.

¿El coste de usar buenos áridos se compensa?

Absolutamente. Aunque puedan representar una inversión inicial superior, a largo plazo garantizan menor mantenimiento y mayor vida útil de la obra.

Recomendaciones finales para obras costeras

Seleccionar los áridos adecuados no se trata solo de cumplir un pliego técnico.

Significa proteger y extender la vida útil de la infraestructura y evitar futuras intervenciones costosas.

Siempre debe trabajarse con laboratorios de confianza y proveedores certificados.

Además, conviene elegir materiales extraídos de canteras con experiencia previa en obras de litoral.

Se recomienda mantener un registro documental de ensayos y procedencias, que pueda servir como respaldo técnico posterior.

Y como medida adicional, aplicar tratamientos adicionales de protección superficial al hormigón una vez vertido.

No se trata de prevenir el desgaste natural, sino de minimizar el daño prematuro causado por agentes marinos.

Una inversión responsable empieza por el detalle técnico más pequeño, como la correcta elección del árido.

En definitiva, construir en ambientes marinos es un ejercicio de precisión técnica, experiencia y prevención.

Los áridos que se elijan marcarán una diferencia duradera en la resistencia, sostenibilidad y eficiencia de cualquier proyecto costero o portuario.

Un pequeño análisis previo puede evitar enormes gastos posteriores.

Y siempre, el mejor aliado será un proveedor que entienda tanto de materiales como del entorno donde van a trabajar.

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