Recomendaciones para almacenar áridos en obra sin contaminación

Una correcta gestión de los áridos en obra no solo garantiza la calidad del proyecto, sino que también evita pérdidas y problemas técnicos posteriores.

Los áridos son fundamentales en la construcción de infraestructuras, pero su manipulación y almacenamiento deben hacerse con cuidado.

Prevenir la contaminación de estos materiales es clave para asegurar mezclas de calidad y estructuras duraderas.

¿Por qué es importante almacenar áridos correctamente?

Los áridos forman parte básica del hormigón, mortero y otras mezclas utilizadas en cualquier obra.

Contaminaciones como tierra, orgánicos, polvo, agua o restos químicos pueden alterar su granulometría y composición.

Esto se traduce en mezclas menos resistentes, problemas de adherencia o incluso fallos estructurales a largo plazo.

Una mala práctica en el acopio, además, genera gastos innecesarios por desperdicios, reprocesos o tiempos de paralización.

Por ello, invertir unos minutos en planificar el almacenamiento puede ahorrar miles de euros en futuros costos de reparación.

Principales riesgos de contaminación de los áridos

Cada obra tiene condiciones distintas, pero muchos problemas se repiten por descuidos comunes.

Agentes contaminantes más frecuentes

  • Humedad excesiva por lluvias o encharcamientos.
  • Tierra o lodo, cuando se apilan los áridos directamente sobre el terreno.
  • Materiales orgánicos como hojas o raíces si el espacio no está limpio.
  • Polvo en suspensión, especialmente en zonas de tránsito de maquinaria.
  • Mezcla involuntaria de tipos de árido (arena fina con grava, por ejemplo).

Todos estos factores deterioran la calidad y consistencia del material, afectando directamente al resultado de la obra.

Ejemplo real: aprendiendo de errores comunes

En una obra de urbanización en las afueras de Madrid, una empresa colocó arena y grava directamente sobre el suelo, sin ningún tipo de protección inferior ni delimitación.

Después de dos días de lluvia, el exceso de agua arrastró tierra del terreno hacia los montones de arena, que además se mezclaron parcialmente entre sí por movimientos de maquinaria mal coordinados.

El resultado fue un lote de material inutilizable, que se tuvo que desechar tras detectar fisuras en los primeros tramos de hormigón colado.

Lo más grave es que el problema no fue evidente hasta días después, cuando ya se habían invertido horas de trabajo en tareas que finalmente se repitieron.

Este es solo un ejemplo habitual de cómo una falta de previsión en el almacenamiento puede disparar los costos y extender plazos innecesariamente.

Buenas prácticas para almacenar áridos en obra

Evitar estos fallos está al alcance de cualquier empresa con un mínimo de organización.

A continuación, te explicamos las recomendaciones más efectivas para prevenir la contaminación de los áridos durante su acopio en obra.

1. Acondicionar el terreno de acopio

Es fundamental disponer una base sólida, limpia y delimitada con anterioridad a la llegada de los materiales.

  1. Usar una base de hormigón o solera firme para evitar mezclas con tierra.
  2. Colocar lonas, plástico o geotextiles si la base es provisional.
  3. Garantizar un buen drenaje para impedir acumulación de agua en los montones.

Una base bien preparada protege el contenido y reduce el riesgo de humedad y suciedad.

2. Separación clara de cada tipo de árido

Es vital evitar que los diferentes tipos de material se mezclen entre ellos por accidente.

  1. Utilizar tabiques físicos (paneles, bloques o separadores).
  2. Mantener al menos 1,5 metros de separación si no se dispone de barreras físicas.
  3. Etiquetar adecuadamente cada zona con su tipo de material y fecha de recepción.

Una identificación clara ayuda además a controlar inventarios y caducidades potenciales.

3. Cubrir los áridos al aire libre

La protección superior es tan imprescindible como la inferior.

  • Instala lonas impermeables aseguradas con estructura o peso lateral.
  • Evita cubiertas de plástico delgado que puedan romperse con el viento o el sol.
  • Deja espacio para ventilación con pequeña inclinación que facilite escurrimiento.

Un buen cubrimiento evita la humedad y el desarrollo de microorganismos o malos olores.

4. Controlar el tránsito de maquinaria

Una fuente constante de contaminación es el movimiento desordenado de camiones o excavadoras.

  1. Diseña rutas de acceso y circulación que no atraviesen las zonas de acopio.
  2. Evita que las ruedas pasen por encima del árido.
  3. Instala carteles informativos que indiquen no acceder con maquinaria a estas zonas.

El tránsito controlado reduce polvo, hollín y mezcla accidental de materiales sueltos.

5. Supervisión y mantenimiento diario

No basta con montar la zona de acopio correctamente el primer día.

Es clave supervisar a diario el estado de los montones y reacomodar si es necesario.

  • Retira restos orgánicos o contaminantes visibles al inicio de cada jornada.
  • Vuelve a cubrir los montones si las lonas se desplazan por el viento o el uso.
  • Riega los accesos con agua para evitar polvo en suspensión en ambientes secos.

Una tarea diaria de 15 minutos puede conservar toneladas de material en condiciones óptimas.

Otros consejos prácticos basados en la experiencia

Los profesionales más experimentados aplican algunos trucos adicionales para garantizar un almacén limpio y funcional.

  • Recibir los áridos en horas tempranas: así se almacenan mientras el ambiente aún es seco y estable.
  • Contar con un supervisor responsable: alguien debe encargarse de verificar que se cumplen las indicaciones.
  • Usar bandejas de contención si hay riesgo de residuos líquidos o escurrimientos químicos cerca.
  • Formar al personal para que sepa identificar contaminaciones y actuar rápidamente.

Prevenir es siempre más barato que corregir.

¿Qué pasa si se usan áridos contaminados?

Aun con todas las recomendaciones, es posible detectar contaminación en algún momento del proyecto.

En estos casos, lo peor que se puede hacer es continuar con el trabajo sin evaluar consecuencias.

Problemas frecuentes derivados del uso de áridos sucios

  • Disminución de resistencia mecánica del hormigón o mortero.
  • Incompatibilidad química con aditivos o cementos específicos.
  • Irrupciones en el proceso de fraguado provocadas por materia orgánica o humedad excesiva.
  • Aparición de fisuras o desprendimientos a medio plazo.

Estos errores pueden significar demoliciones parciales, retrasos, sanciones o hasta accidentes.

Es mejor parar, analizar y, si es necesario, reemplazar el lote contaminado.

Preguntas frecuentes sobre almacenamiento de áridos

¿Se pueden almacenar áridos directamente en sacos?

Sí, pero solo si están sellados y protegidos de la intemperie.

Los sacos a granel deben revisarse por posibles roturas y nunca colocarse directamente sobre la tierra.

¿Cuál es el árido que más riesgo corre de contaminarse?

La arena fina es especialmente sensible por su volumen reducido y capacidad de retención de humedad.

¿Cada cuánto conviene reorganizar la zona de acopio?

Dependerá del volumen de uso, pero como regla general se recomienda revisarla cada dos días laborales.

¿Vale la pena invertir en estructuras techadas para el acopio?

En obras prolongadas o con climatología adversa, sí se justifica completamente por el ahorro en materiales y calidad asegurada.

También facilita el cumplimiento de normativas medioambientales.

Checklist esencial para almacenar áridos sin riesgo de contaminación

  • Base sólida y limpia: de hormigón o cubierta protectora.
  • Protección superior: lona impermeable y bien fijada.
  • Separación y señalización clara de cada tipo de material.
  • Evitar contacto con vehículos y maquinaria.
  • Vigilancia diaria y rutinas de limpieza.
  • Capacitación básica del personal sobre los riesgos de contaminación.

Este checklist puede incorporarse al plan de seguridad y control de calidad de la obra.

También es recomendable documentar mediante fotografías el estado diario del acopio, como respaldo ante inspecciones o conflictos con proveedores.

En resumen, almacenar bien los áridos es tan importante como elegir un buen cemento o contratar a los mejores operarios.

Un almacenamiento adecuado preserva la calidad de los materiales, protege tu inversión y mejora los resultados finales de cualquier obra.

No se trata solo de seguir una norma, sino de actuar preventivamente para mantener cada componente en su mejor estado hasta el momento de ser utilizado.

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