Por qué es crucial la limpieza de los áridos antes de su uso en construcción

La calidad de los materiales en una obra marca la diferencia entre resultados duraderos y problemas estructurales a futuro.

Uno de los elementos más utilizados, pero a menudo subestimados, son los áridos.

Estos materiales, que incluyen grava, arena y piedras trituradas, representan hasta el 80% del volumen total del hormigón, por lo que su limpieza es un paso esencial que no debe ignorarse.

¿Qué son los áridos y por qué se utilizan en la construcción?

Los áridos son materiales granulares que se usan en la elaboración de hormigón, morteros y otras mezclas de construcción.

Se dividen en dos grandes categorías: áridos finos, como la arena, y áridos gruesos, como la grava o piedra triturada.

Su función principal es actuar como elemento estructural en la mezcla, proporcionando volumen, resistencia y durabilidad.

Además, permiten reducir el consumo de cemento, lo que abarata costes y mejora la sostenibilidad del proyecto.

¿Por qué es importante limpiar los áridos antes de su uso?

La limpieza de los áridos elimina impurezas que pueden comprometer la calidad del producto final.

Materiales como arcillas, limos, polvo, materia orgánica o contaminantes pueden interferir en el proceso de fraguado y endurecimiento del cemento.

Estos residuos no solo reducen la adherencia entre el árido y la pasta cementicia, sino que también afectan la resistencia, durabilidad y estética del hormigón o mortero.

Problemas frecuentes por no limpiar los áridos

  • Baja adherencia entre materiales.
  • Presencia de burbujas o porosidad en la estructura.
  • Fisuración prematura del hormigón.
  • Disminución de resistencia a la compresión y tracción.
  • Desprendimiento o desintegración con el tiempo.

Estos riesgos son especialmente altos en proyectos en los que se busca una excelente calidad estética o una larga vida útil del material.

Por ejemplo, en edificaciones de varios pisos, puentes o pavimentos de alto tráfico, la resistencia estructural del hormigón es crucial.

Tipos de impurezas que afectan a los áridos

Los áridos naturales extraídos directamente de canteras, ríos o depósitos suelen presentar diversos tipos de impurezas.

Estas impurezas tienen origen diverso y pueden llegar a deteriorar significativamente el comportamiento de la mezcla una vez aplicada.

Entre las impurezas más comunes se encuentran:

  1. Limos y arcillas: partículas finas minerales que retienen agua y dificultan el fraguado.
  2. Materias orgánicas: hojas, raíces o restos vegetales que provocan una degradación biológica o química.
  3. Contaminantes industriales: aceites, combustibles u otros productos presentes por vertidos en la zona de extracción.
  4. Salinidad: en zonas costeras, el árido puede contener sales que causan corrosión en armaduras.
  5. Polvo superficial: resta adherencia a la matriz cementicia y favorece debilidades internas.

Todos estos elementos actúan como agentes nocivos que interfieren en la unión entre árido y cemento, disminuyendo la eficiencia y calidad de la mezcla.

Técnicas de limpieza de áridos más utilizadas

La elección del método adecuado de limpieza depende del tipo de árido, su procedencia y el tipo de obra a ejecutar.

Los principales métodos industriales son:

  • Lavado con agua: el procedimiento más común y efectivo para eliminar limos, polvo y algunas partículas orgánicas.
  • Tamizado: permite separar mecánicamente las fracciones granulométricas no deseadas o contaminadas.
  • Decantación: a través de sistemas hidráulicos o cubetas de decantación, se separan materiales finos en suspensión.
  • Tratamientos químicos: poco usados, pero útiles en casos muy específicos donde el lavado no es suficiente.

Muchas plantas de áridos modernas cuentan con sistemas automatizados que combinan varios métodos para garantizar una limpieza óptima.

Por su parte, en obras pequeñas o zonas rurales, es común realizar un lavado manual que, si bien es más lento, sigue siendo efectivo.

Un caso que ilustra la importancia de la limpieza de áridos

Hace unos años, en una urbanización costera en el sur de España, se inició la construcción de varias viviendas unifamiliares.

El contratista local decidió utilizar arena de un río cercano sin pasar por un proceso de limpieza adecuado.

La arena parecía limpia a simple vista y, debido a los plazos ajustados y el bajo presupuesto, se prefirió avanzar sin mayor tratamiento.

A sólo seis meses de finalizar las primeras viviendas, comenzaron a surgir grietas en distintas zonas de los muros y suelos exteriores.

Además, se observaban manchas blanquecinas (eflorescencias salinas) que progresaban semana tras semana.

Un informe técnico posterior reveló que la arena contenía altos niveles de sales minerales y restos orgánicos vegetales.

Estos componentes provocaron reacciones químicas que debilitaron progresivamente la matriz del mortero, causando fisuraciones y una pérdida estructural significativa.

El coste de reparación fue mayor que el ahorro inicial por el uso del árido sin limpieza.

Además, la imagen del constructor quedó gravemente dañada y el proyecto acumuló retrasos de más de un año.

Este tipo de caso demuestra que, aunque puede parecer una etapa secundaria, la limpieza de los áridos impacta directamente en el rendimiento y reputación de cualquier obra.

Normativas y estándares que exigen áridos limpios

En la mayoría de países europeos, incluido España, el uso de áridos limpios es obligatorio para cumplir con normativas técnicas.

La UNE-EN 12620 regula los requisitos para los áridos destinados a hormigón.

Incluye límites estrictos sobre el contenido de finos, cloruros, compuestos orgánicos y otros elementos contaminantes.

También se implementan pruebas normalizadas como el ensayo del azul de metileno o el test de equivalencia de arena, que determinan si un árido es apto o no para su uso específico.

Estas regulaciones buscan garantizar la seguridad, durabilidad y sostenibilidad de las obras de construcción.

¿Qué beneficios aporta trabajar con áridos limpios?

El uso de áridos debidamente lavados y clasificados ofrece una serie de ventajas técnicas, económicas y medioambientales.

Entre los principales beneficios se encuentran:

  1. Mayor resistencia estructural: El hormigón o mortero alcanza sus máximos niveles de carga diseñada.
  2. Durabilidad extendida: La mezcla es más estable ante agentes climáticos y cargas dinámicas.
  3. Adherencia mejorada: Se logra una unión perfecta entre el árido y la pasta cementicia.
  4. Menor consumo de cemento: Se reduce la demanda de aglutinantes sin perder resistencia.
  5. Disminución de retrabajos: Las superficies son más uniformes y requieren menos mantenimiento.

Con esto se reduce notablemente el riesgo de reclamaciones o litigios, especialmente en obras públicas o grandes promociones inmobiliarias.

Preguntas frecuentes sobre la limpieza de áridos

¿Cuándo es obligatorio lavar los áridos?

Siempre que su origen natural los exponga a impurezas o sucias visibles, es obligatorio lavarlos o tamizarlos antes de usarlos en estructuras de carga o pavimentos.

¿Qué pasa si se usan áridos sin lavar en interiores?

Aunque los daños sean menos visibles, pueden provocar fisuras o desprendimientos en paredes, suelos o revestimientos, afectando estética y durabilidad.

¿Qué cuesta limpiar los áridos en obra?

Los costes varían según maquinaria y volumen, pero en general, representan menos del 3% del coste total de mezcla.

Sin embargo, evitar esta inversión puede multiplicar esos costes en forma de reparaciones.

¿Es posible reutilizar áridos reciclados si se limpian?

Sí, pero debe realizarse un proceso de cribado, lavado y auditoría técnica para determinar su aptitud según uso previsto.

Cómo elegir un proveedor responsable de áridos

Las empresas que suministran áridos deben ofrecer una ficha técnica detallada que certifique el cumplimiento normativo.

También deben tener sistemas de lavado, limpieza y control de calidad integrados en su proceso productivo.

Es recomendable elegir proveedores que acrediten cumplimiento de la norma UNE-EN 12620 o similares, así como certificados voluntarios de calidad.

En casos de grandes obras, es útil realizar ensayos en laboratorio propios antes de aprobar el pedido definitivo.

Confianza, inspección técnica y calidad certificada son fundamentales para evitar problemas posteriores.

En resumen, la limpieza de los áridos no es un lujo ni un paso opcional, sino una práctica imprescindible para garantizar la calidad final de cualquier obra.

Incluir este proceso como parte innegociable del control de calidad reduce riesgos, evita costes inesperados y mejora la durabilidad del proyecto.

Ver los áridos como simples «rellenos» es un error frecuente, pero entender su impacto real permite tomar decisiones más seguras y rentables.

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